Retrato del hombre roto (La construcción del mundo)
" Conviene una gota de silencio
entre los ojos,
o una en cada ojo del espejo
que nos mira
para lanzar al mundo
el vaho penetrante y cálido
que lo envuelva, que lo empañe.
Viviendo entre tanto frío
las sólidas gotas de silencio
parece que se parten
cuando parten de nosotros,
que se fragmentan en sollozo
o en fulgor apagado
por culpa de cualquier latido
que huyera de su monótono latir."